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Myra Patiño «El mundo es un laboratorio»

Fotos: Manuel Valle @vallefotografia_artistavisual

Maquillaje y caracterización: Myra Patiño

Actriz egresada de la facultad de Artes ASAB, de la Universidad Distrital de Bogotá. Muy inquieta por aprender todo lo que aporte a su carrera, se está formando como maquilladora escénica con la guía de Iván Piñacué. Desde niña se sintió atraída por la fantasía y los mundos que no pertenecían a la realidad.

En su infancia le gustaba visitar museos y ver los personajes de las pinturas, este fue su punto de partida. Para crear sus caracterizaciones se inspira en la literatura gótica, los sueños y en todas aquellas situaciones y personajes que no pertenecen a esta dimensión.

Le apasiona despertar la magia que existe en el corazón de las personas a través del arte. “Considero que esta forma de expresión es una voz poderosa y espontánea que nace desde el fondo de mi alma y me encanta compartir con la gente”.

Su meta es poder combinar múltiples disciplinas: la danza, la música, la pantomima, el circo, las artes plásticas, el video, para crear un lenguaje diverso que permita al espectador entrar en un mundo alucinante, poético y surrealista. “Los títeres y el maquillaje artístico son un puente de conexión entre lo imaginario y lo realista. En diferentes creaciones he recurrido a estas técnicas para lograr una ilusión óptica que envuelva al público en una atmosfera fantástica”.

Ha actuado en obras de múltiples registros, que le han permito mostrar su habilidad en la tablas: desde Hécuba y las troyanas de Eurípides/ Sartre, pasando por La casa de Bernarda Alba de García Lorca, La visita de la vieja dama de Dürrenmatt, hasta ser dirigida por la dramaturga Verónica Ochoa en su obra Barrio Malevo. Desde que finalizó su carrera, se ha concentrado en trabajos con el grupo La Mar Esqueleto.

Trabajo integral

Hace dos años protagonizó el monólogo Bathory: vigilia de Sangre, escrito por Sandro Romero Rey, y dirigido por Santiago Lugo. Esta obra fue una experiencia fantasmagórica, donde cada escena tenía un recurso distinto que abordaba una parte de la historia. El maquillaje fue esencial para darle un aspecto terrorífico y podrido a la Condesa Erzsébeth Bathory. “Se hizo un video para contar una de las escenas a manera de cortometraje. Se creó un títere-máscara para transformar a la condesa en una loba blanca. Se combinaron distintos recursos teatrales como las siluetas, la música y la penumbra, entre otros, para recrear el universo de una vampiresa colombiana en galante decadencia”.

¿Qué has aprendido de Piñamilcaras, Sandro Romero y de tu Alma Mater, la Facultad de Artes-ASAB?

“De Sandro Romero Rey, la inmediatez para resolver los conflictos de forma eficaz y creativa, a no dejarme llevar por las derrotas, ya que eso no me define como persona, ni como artista. He aprendido a caerme con estilo y a levantarme, aceptando el dolor como parte del aprendizaje. Es un amigo y un maestro que me ha brindado todo su apoyo y sabiduría artística. Iván Piñacué, además de ser mi gran amigo, es un excelente artista al cual respeto y admiro mucho, es el portal al mundo místico en el que siempre quise vivir. Me ha mostrado el camino de la magia y la fantasía a través del maquillaje, la gestualidad, a ser detallista, a agudizar mi capacidad de observación. También me ha permitido comprobar que lo imposible no existe y que ‘si lo puedes imaginar, lo puedes crear’. La Facultad de ArtesASAB me enseñó a ser versátil y a trabajar con lo que hay. Me inculcó que lo importante no es la cantidad, sino la calidad. Aprendí a ser recursiva, sensata, sencilla, a amar mi personalidad y mi talento. Lo mejor que me pudo haber pasado fue haber estudiado en la ASAB, porque gracias a su guía me formé como persona, artista y pude encontrarme con estos seres maravillosos como lo son Iván y Sandro”.

Cómo es tu experiencia con el maquillaje artístico, un campo en la mayoría ejercido por hombres?

“Realmente estoy empezando a aprender de esta técnica gracias a Piñamilcaras (Iván Piñacué). Él me ha acercado a esta disciplina que requiere de mucha práctica y paciencia. Aunque haya varios artistas masculinos reconocidos en este medio, no considero que sea un campo ejercido solo por hombres. Por ejemplo, durante la década de los 80’s maquilladoras como Ve Neil, Michèle Burke o Eryn Krueger fueron galardonadas con diversos premios en Hollywood y reconocidas a nivel mundial por su gran habilidad con la técnica del maquillaje y el mundo de los efectos especiales. Mi experiencia ha sido muy enriquecedora, y aunque aún queda mucho por aprender estoy segura de que con Piñamilcaras estamos inventando algo que indudablemente marcará la historia del maquillaje en Colombia”.

¿Cómo nace una caracterización, ¿cuánto tiempo te lleva realizarla?

“Todo depende de la complejidad del diseño. Entre más detalle exista en el personaje, más horas se demora la caracterización. He llegado a demorarme hasta siete horas en un maquillaje, para alcanzar el resultado deseado. Por ejemplo, para las temporadas de Bathory: vigilia de sangre, llegaba al teatro (a Casa E., a la Corporación Colombiana de Teatro) a las 3 de la tarde, a empezar a prepararme para las funciones diarias de las 8 de la noche”. Myra afirma que le gustaría caracterizar a personajes que se encuentran en las obras de arte. “Son un reflejo y al mismo tiempo un imaginario de lo que somos como seres humanos. Mis personajes preferidos están en las pinturas surrealistas”.

¿Hay creaciones propias en tu gama de personajes (maquillaje artístico)?

“Sí. Tengo varios personajes de mi autoría. Algunos inspirados en libros, otros en cuadros. Algunos de ellos son: Cirilo, un diablo perteneciente a la obra: El diálogo del rebusque (2016). La condesa Erzsébeth Bathory, del monólogo Bathory: vigilia de sangre (2019). Voland, Korókiev, Popota, Asaselo y Margarita, personajes de una miniserie web llamada: La liberación del Maestro (2021), donde yo hice todos los personajes. También La Pola inspirado en el antiguo billete diez mil pesos, una de mis últimas creaciones, resultado de los talleres con Piñamilcaras, como símbolo patrio en el 2021”

¿En el campo del maquillaje artístico a quién admiras y por qué?

“A Piñamilcaras, no solo porque es mi maestro, sino porque ha desarrollado una técnica propia y muy práctica para los actores de teatro”.

¿En Colombia cuáles son las técnicas y materiales utilizados para maquillar y hacer caracterizaciones?

“Hasta el momento, solo he trabajado en experiencias teatrales y lo que he descubierto lo he hecho con mis amigos, colegas y maestros. Los materiales son muy sencillos como látex, micropore, soft cream, maquillaje líquido, lentes de contacto, sombras, labiales, entre otros. Existen materiales más complejos y elaborados que aún no he explorado”.

¿Por qué elegiste como tema de tesis Teatralidades en el gótico tropical?

“Es un concepto que me interesó cuando estaba estudiando. La literatura de Andrés Caicedo, el cine de Carlos Mayolo y de Luis Ospina me hicieron pensar: este universo también puede desarrollarse en el mundo de las tablas, donde el concepto de la literatura gótica y el formato del cine comercial de bajo presupuesto conformaron mi estilo, el cual denomino como teatro gótico de serie B”.

¿Cuál es tu sello en el arte?

“Más allá del realismo, me interesa inventarme nuevas realidades, otros mundos. Mis obras se han caracterizado por combinar el formato cinematográfico con el teatral, por esta razón mi sello personal es el teatro gótico de serie B. Aunque eso no excluye que pueda disfrutar otras experiencias”. “Ser útil a quien me observa. Así sea a través del principio del placer”.

¿Cómo creces a través del arte?

“A través de la experiencia, a medida que crezco como persona y aprendo cosas, también lo hago como artista. El mundo es un laboratorio para la creación. Sea en el escenario, sea en un estudio de grabación, en una locación o en las calles”. Primera caracterización: Cirilo, de El diálogo del rebusque. Escrita por Santiago García y dirigida por Ignacio Rodríguez.